sábado, 25 de enero de 2014

 
Los 20 elementos esenciales que nos sustentan:

1.- La Iglesia Cristiana Ortodoxa Argentina y la Iglesia Cristiana Ortodoxa del Paraguay es parte del Patriarcado de la Iglesia Ortodoxa Autocéfala de Europa quien es canónicamente reconocida según los tomos acreditativos por  la Iglesia Ortodoxa Ucraniana Autocéfala del Patriarcado de Kiev y de Toda la Rus’-Ukrania, e Iglesia Ortodoxa Rusa de las Catacumbas, las cuales son parte de toda la Iglesia Cristiana Ortodoxa esparcida en el mundo.

2.- Nuestro Obispo Presidente y fundador en Argentina y Paraguay es su Excelencia ++ Mons. Makario (Dr. Sergio Oscar Alunni), y nuestro Patriarca es su Santidad +++ Nicolás Iro, de la Iglesia Autocéfala Ortodoxa de Europa, con sede en Paris, Francia.

3.- Nosotros somos Parte de la Ortodoxia Mundial.

4.- Somos Ortodoxos pero no somos Orientales.

5.- Somos de Rito Occidental pero no somos Latinos.

6.- Nuestra Iglesia Ortodoxa cree en la libertad de conciencia y la promueve, cree en la libertad doctrinal y litúrgica siempre que mantenga y asegure las autenticidades de los sacramentos a dispensar.

7.-Aceptamos los 7 Concilios Ecuménicos y aquellos que se dicten en los pan concilios de nuestra Iglesia y cuanto nuestra iglesia así determine junto al resto de Iglesias con las que mantiene relaciones.

8.- Aceptamos el Credo Apostólico como resumen de nuestra Fe.

9.- Creemos que Cristo quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la Verdad (1 Tim 2,4) y que el instrumento ordinario de la salvación dada por Nuestro Señor Jesucristo es en la Iglesia Universal y en nuestro caso es la Iglesia Cristiana Ortodoxa Argentina, la cual es Sacramento de Salvación.

10.- Reconocemos que Cristo, actúa en todas las  “Iglesias”, pues AFIRMAMOS CATEGÓRICAMENTE que Cristo fundó solo una Iglesia: La Santa Iglesia Universal sea de origen Latino Romana o No Romana, Ortodoxa, Anglicana, Veterodoxa u Otra denominación siempre que mantengan los mismos principios cristianos y la Santa Tradición de los 7  Santos Concilios y cuanto Sínodo, Concilio en reunión de iguales se promuevan en respeto ecuménico, y que mejor provean para servir a la Santa y Universal Iglesia y a su Fundador Jesucristo, para la Salvación de las Almas.

11.- Creemos firmemente, que todas las Iglesias y en lo particular el Patriarcado de la Iglesia Ortodoxa Autónoma de Europa y el resto de las Iglesias son faro de luz para el Mundo entero y un ejemplo de santidad y renovación espiritual para toda la Cristiandad.

12.- Profesamos que los Siete Santos Misterios ( 7 Sacramentos) son “Medios visibles y sensibles de la Gracia de Dios que es invisible”, dejados por Nuestro Señor Jesucristo a la Santa Iglesia para la salvación de las almas, respetando la materia, rito y formas reconocidas.

13.- Rechazamos todo autoritarismo eclesial sin importar la procedencia de este.

14.- Profesamos y enseñamos, que los restos de los Santos son para ser solo venerados como héroes de la Fe y modelos a seguir, pero nuestra Fe, devoción y nuestra ÚNICA adoración debe estar en la Santísima e indivisible Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo, expresión máxima dada en la eucaristía.

15.- Declaramos que el Ministerio Episcopal, presbiteral y diaconal pueden ser vividos tanto por Hombres casados, divorciados, viudos, así como por hombres célibes como algo instituido por nuestro Señor Jesucristo.

16.- Nos sujetamos a la tradición de la Iglesia Ortodoxa, pero creemos que las “tradiciones locales” (usos y costumbres) deben ser desarrolladas por cada comunidad y no impuestas como si fueran doctrina dejada por nuestro Señor Jesucristo.

17.- Mantenemos el Calendario Juliano y Gregoriano como Calendario Religioso compartiendo así el sentir de nuestras comunidades locales y clericales.

18.- Mantenemos de forma ININTERRUMPIDA Y CANÓNICA la Sucesión Apostólica en nuestros Obispos y clérigos.

19.- El Centro de nuestra vida espiritual es la práctica y rezo de la Lectio Divina, Divina Liturgia y la Sagrada Comunión.

20.- Creemos que toda la Santa Iglesia Cristina Universal en todas sus expresiones (tradiciones) así como la Iglesia Cristiana Ortodoxa Argentina y del Paraguay es igualmente Esposa de Cristo.

“Poseemos Sucesión Apostólica válida dejada por Cristo y sus Apóstoles, la Doctrina enseñada por Nuestro Señor, y que celebramos los 7 (siete) Santos Misterios según la materia y forma ortodoxa y propendemos en compartirlos de modo ecuménico, con otras Iglesias según los ritos y formas validas, y que predicamos la Palabra de Dios y los sacramentos a todos los seres humanos sin distinción de sexo, genero, raza, posición social, y elección sexual.

Somos una Iglesia fundada para Nuestro Señor Jesucristo y para los hombres que desean vivir la plenitud de la acción salvadora de la Santísima Trinidad.”

Dios Trino y Uno Nos bendiga y Nos guarde.
¡¡¡Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo!!!

Prólogo 

Por medio del presente  deseamos disponer los elementos esenciales, fundamentos, propósitos y principios de fe que definen la identidad de nuestra iglesia en el ministerio de luchar por la salvación e integración de las personas y las almas en una restauración y renovación de la iglesia amada y dejada por Jesucristo, Una, Santa, Universal y Apostólica.

I.- QUEREMOS SER UNA IGLESIA AL ESTILO DE LAS ENSEÑANZAS DEL SEÑOR JESÚS.

a) Somos parte de la iglesia de Cristo.

Conscientes, de que nosotros somos parte de la iglesia, Una, Santa, Católica y Apostólica de Nuestro Señor Jesucristo, fundador, cabeza y guía, conscientes que nuestra misión es luchar por la restauración y renovación de la iglesia según el modelo presentado por el Nuevo Testamento. Con este fin, nos esforzaremos para vivir los valores evangélicos y ajustar nuestra vida eclesial a imagen de la Iglesia Apostólica Primitiva descrita en los Hechos de los Apóstoles. Siguiendo las enseñanzas de Jesús, asumimos como los principales ministerios: proclamar y predicar el evangelio, celebrar y vivir la eucaristía como signo de la salvación y del amor, recibir y administrar los sacramentos para vivir en pleno cumplimiento de la norma del Señor Jesús. Este estilo de vida tiene que llegar a ser un renacer a la vida espiritual desde la persona de Jesús, el Evangelio y de los primeros cristianos.

b) Nuestra iglesia nace como expresión evangélica-apostólica.

Nuestro único código de vida es el Evangelio e inspirados en las primeras comunidades cristianas del Nuevo Testamento como modelo de la Iglesia. Pues, nuestra fe se fundamenta en el testimonio de los Apóstoles, creemos lo que ellos mismos creyeron. Nuestra iglesia surge como expresión de vida cristiana-evangélica-apostólica, con el gozo de vivir como los primeros cristianos en cuyas comunidades todos los que se convertían al mensaje del Señor Jesús por medio de la enseñanza apostólica, se dedicaban a la vida en común, a compartir el pan y a las oraciones, “con un solo corazón y una sola alma, vivían unidos y entre ellos no habían necesitados (Hech 2,42-47). Y asumimos las enseñanzas, la doctrina esencialmente cristiana ortodoxa y la Tradición de la Iglesia.

c) Una iglesia sin fines de lucro.

Nuestra opción es ser una iglesia pobre, con los pobres y para los pobres, luchando juntos con ellos por la más auténtica renovación de la iglesia y vuelta a ser una iglesia pobre, sencilla, humilde, sin poderío ni riquezas y libre de todo apego material y temporal, que sea signo de esperanza y una gran voz para los afligidos, rechazados y excluidos y de quienes no son considerados en la sociedad o en otras iglesias. Somos una iglesia pequeña congregada en el nombre del Señor Jesús confiando en lo que él mismo nos dice: “dónde hay dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos”, ( Mt. 18,20).Nuestro amor a la Virgen nos enseña, que no debemos ignorar a los pobres sino a compartir con ellos nuestra pobreza, pues, Dios, “derribó a los poderosos de sus tronos y levantó a los pequeños, a ellos los colmó de bienes y a los ricos los despidió con las manos vacías”, (Lc. 1,52-53). Nuestra razón de ser y de existir como iglesia asume el espíritu de pobreza estar juntos con los predilectos del Señor, (Lc. 1, 48), y poniendo toda nuestra “confianza en Dios y no en el poder que da este mundo y el dinero, no amontonaremos riquezas materiales, pues, no se puede servir a Dios y al dinero”, (Mt. 6,19-21). Inspirados en la Virgen del Magníficat estaremos siempre vigilantes para aprender a renunciar a los gustos que ofrece este mundo: poseer riquezas y poder para dominar a los más humildes. Honraremos a nuestra iglesia con ministros sencillos, trabajadores y no buscando poder en ella ni buscaremos los primeros puestos; nuestra búsqueda estará en abrazar la pobreza evangélica, pues, ella es la que nos dará el pleno poder y autoridad para actuar con libertad en nuestra vocación de servicio al mundo en el apostolado y en la evangelización. Queremos ser una iglesia que da testimonio de las Bienaventuranzas (Lc. 6,20-23). 

d) Nuestra Iglesia es Universal, Cristiana y Apostólica.

Confesamos que hay una única iglesia, que hay una sola fe, que uno solo es el bautismo, y que hay un solo Señor, Dios y Padre de todos (Ef. 4,1-6). Así también confesamos que la universalidad y la apostolicidad de la Iglesia emanan del mismo Señor Jesucristo y de su Santo Evangelio. Confesamos, pues, de este modo, que el amor del Señor es Universal, ese amor que no excluye a nadie sino que incluye a todos y como también a las demás espiritualidades. Así mismo, también confesamos, que el Espíritu Santo, es el verdadero guía de la Iglesia, “cuando venga el Espíritu de la verdad, él nos guiará a toda la verdad”, (Jn. 16, 13). Por tanto, creemos en la diversidad de expresiones para vivir la fe y en la capacidad de las comunidades cristianas para escuchar la voz del Espíritu en sus propias realidades, “por qué, pues, quieren obligar a los no judíos a vivir como si lo fueran” (Gal. 2,11-14).

e) Nuestra iglesia es también ecuménica.

Por el impulso del Espíritu Santo, nuestra iglesia está llamada a un compromiso constante en la búsqueda por la restauración de la unidad y la superación de las divisiones entre los cristianos en cumplimiento del mandato del Señor, “que todos seamos uno” (Jn. 17-21). Entonces, nuestro compromiso es el esfuerzo permanente por estrechar los vínculos de unidad respetando la diversidad de credo, conscientes que con las demás iglesias hermanas tenemos elementos de fe y de doctrina en común y como también nuestras propias diferencias para llegar a restablecer la iglesia de Jesús, única y visible para que sea verdaderamente universal y el mundo crea y se convierta al Evangelio. Reconocemos, como única autoridad Suprema de la Iglesia a Jesucristo, el Hijo de Dios, que se hizo hombre, que murió en la cruz para salvarnos, que resucitó y que vendrá con gloria al final de los tiempos.

f) Nuestra iglesia tiene como patrona, a la Santa Theotokos, Madre de Dios (Jn. 17,26-27).

Nos inspiramos en la Virgen, Madre del divino Redentor, Santa María, la Gran Theotokos. Ella que con su simplicidad se identificó con los sufrimientos de los pobres, los perseguidos y excluidos, quien con su apertura a las inspiraciones del Espíritu Santo, su presencia en nuestra iglesia es fundamental para perseverar junto con Ella el dar testimonio del Evangelio tal como sucedió en la Iglesia Apostólica, (Hech.1,14). La Virgen, ejemplo de virtudes y santidad, nos inspira y la reconocemos como la Madre, maestra, sierva y la primera discípula de Cristo. Queremos aprender de la madre de Dios para vivir en la atenta escucha de su Palabra y a comprometernos con los que más sufren, estar junto con ellos como la Virgen que está junto a la cruz de su Hijo y de todos los afligidos, para cumplir el precepto evangélico: “amar al Señor Dios y al prójimo como así mismo”, (Lc. 10,27). Nuestro ideal es estar cerca de todos los que sufren para aliviar su dolor llevándoles consuelo y paz, con especial atención a los Adultos Mayores, los niños, y a los enfermos, siendo testigos de esperanza. Profesamos la constante oración mediadora y la meditación de nuestro Rosario según la tradición Ortodoxa.

g) El carisma de nuestra Iglesia es la acogida y la solidaridad.

Nuestra iglesia ha sido fundada como una expresión de fe diferente a otras iglesias cristianas en su forma de ser, de insertarse en el mundo, de actuar y de realizar su obra misionera. Su principal característica es la acogida y la solidaridad entre la humanidad. Por tanto, por ningún motivo excluye a ninguna persona, sea por raza, clase social, ideología, cultura, opción de vida, orientación sexual u otra realidad, pues, todos somos hijos de Dios y hermanos entre nosotros. Nuestro estilo de vida es ser una iglesia acogedora que hace prevalecer el espíritu comunitario y no la estructura como institución humana en un clima de comunión fraterna, respetando la diversidad en búsqueda del bien común y no de los intereses personales. Somos una iglesia que privilegia como estilo de vida la acogida, el perdón mutuo y continuo, “setenta veces siete” (Mt.18,21-3), y la aceptación de los demás, porque, “el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios”, (1Jn. 4,7). Para cumplir este proyecto de vida, nuestra iglesia estará en constante oración y sin desanimarnos, (Lc. 18,1-5) y en la búsqueda de la armonía fraternal en el perdón y la reconciliación, sin, “juzgar para no ser juzgado, sin condenar para no ser condenados y perdonar para ser perdonados”, (Lc. 6,37). En definitiva, como iglesia queremos ser un espacio y un lugar de inclusión sin discriminación, un espacio y un lugar de perdón, de amor y paz (Mt. 6, 12). Esta forma de vida será nuestro principal testimonio de fe en el Señor Jesús (Mt 18,15-18).

II.- QUEREMOS SER UNA IGLESIA QUE PROMUEVE LOS DONES Y CARISMAS.

a) Nuestra iglesia es esencialmente carismática. 

Pues, Jesucristo dejó a su iglesia al Espíritu Santo, los dones y carismas, (1Cor. 12,1-12). Movidos por esta verdad, nuestro objetivo es hacer de nuestra iglesia una comunidad de fe, de amor y esperanza dirigida por el Espíritu Santo, y no solo una estructura de poderes y leyes meramente humanas. En la pluralidad de comunidades y en la diversidad de los carismas encontramos la auténtica unidad de la iglesia, motivo por el cual mantenemos la unidad eclesial en el único Dios, en un solo Señor y en un mismo Espíritu; “ que estén completamente unidos, para que el mundo crea que tú me enviaste” (Jn. 27,21). 

b) Todos llamados a ejercer los carismas.

En nuestra iglesia no existe ningún tipo de impedimento o exclusión para ejercer cualquiera de los carismas recibidos. La regla general para ejercer alguno de estos carismas es el amor desde el corazón, al pueblo de Dios, al Evangelio y a su Evangelio, acogiéndose a la oración y a la voz del Espíritu para discernir con serenidad “los signos de los tiempos” en los acontecimientos de la historia, dando un claro testimonio de la fe que abrazamos en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. En nuestra iglesia todos pueden ejercer el carisma del Espíritu Santo; por tanto cada uno ha de asumir una actitud de humildad con apertura y disponibilidad para prestar sus servicios donde se les sea requerido por el bien de toda la iglesia. Es nuestro deber que en comunidad se cultive el espíritu del discernimiento y de dar una sólida formación, espiritual, humana, pastoral y académica. Con este mismo espíritu asumimos como organización el modelo original de la iglesia-comunidad-fraterna. Organizada bajo la autoridad  episcopal, sacerdotal y monacal, en la estructura de una organización local sin que por ello los que mandan estén por encima de los que obedecen, sino que sean acompañados por estos para que los demás puedan encontrar su camino de salvación y servicio. 
 
c) La iglesia, una comunidad de hermanos.

Nuestra iglesia en conformidad a las directrices del Espíritu del Resucitado desea cumplir su misión con la participación de todos en un clima de comunión fraterna e igualdad, de amor y de respeto en el ejercicio de los diferentes roles. Y en el nombre de nuestro Señor Jesucristo nos comprometemos a vivir con gozo y sencillez, haciendo de nuestra iglesia una comunidad de hermanos unidos por la fe que se reúnen para escuchar a Dios, participar de la eucaristía, de las oraciones para estar al servicio del Pueblo de Dios. Unidad que nos dará el valor para luchar por la construcción del Reino de Dios en profunda comunión fraternal. Pues, en comunidad se crece como iglesia, se descubre y se vivencia los valores del Evangelio, se aprende a dialogar, a compartir lo que somos y tenemos, y a asumir juntos las responsabilidades, transformándose en un lugar propicio en la formación de cristianos comprometidos y de donde se van manifestando los diversos ministerios. De tal modo, que así la vida comunitaria se transforma en una auténtica escuela de aprendizaje, de comunión, de participación y de servicio. 

III.- PRETENDEMOS SER UNA IGLESIA EN CONSTANTE MISION.

a) Comprometidos con la misión de Jesucristo.

Nuestro trabajo pastoral se fundamenta en la misión del Señor Jesucristo, hermano, amigo, maestro, profeta y redentor nuestro, enviado por el Padre Celestial para establecer su Reino: reino de amor, de paz, de justicia, de solidaridad, de verdad, de fraternidad, de libertad e inclusión. Cuya misión es anunciar la Buena Noticia a los pobres, (Lc. 4,18.19) y a llamar a la conversión (Mc. 1,15). Nuestra misión evangelizadora está fundada en la misión de Jesucristo que fue anunciada como Buena Noticia para los oprimidos, la visión a los ciegos (Lc. 4,18-19) y llamó a los pecadores a la conversión y a la fe (Mc. 1, 15). Nuestra misión se fundamenta en la fe en Jesucristo que nos reúne en comunidad de hermanos solidarios entre sí y con los demás (Jn. 15,11). Nuestra misión consiste en dar cumplimiento al mandato del Señor, ir por todos los lugares y ambientes anunciando el Evangelio, para que se conviertan, crean en el Señor y reciban los sacramentos. Con valentía y fe nos comprometemos en la construcción de una sociedad que favorezca la igualdad, la tolerancia, la inclusión, la participación, la unidad, el amor, el perdón; nos comprometemos en la construcción de una sociedad que respete los derechos, la valoración de la individualidad y la dignidad de cada persona y en la que se respete la vida de todos los hombres. Luchar contra todas las actitudes que dañan la dignidad humana. Las exigencias del Evangelio nos obligan a dejar los encierros, nos impulsa a abrirnos para abrazar a Cristo que pasa por nuestro lado con la Cruz a cuesta camino a la crucifixión y a la muerte en las personas de nuestros hermanos que sufren, en ellos descubrimos el rostro viviente de Jesús y son los bendecidos de Reino (Mt.25,30-40). Nuestra iglesia no puede quedar pasiva ni aferra en actitudes meramente ritualistas y conservadora. Debemos salir para mostrar al Dios compasivo y misericordioso que no excluye a nadie, no condena ni persigue, el dijo: “no es la gente sana la que necesita médico, sino los enfermos, no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores” (Mr.2,17).

b) Una iglesia abierta que se inserta en el mundo.

Nuestra iglesia, igual que los Apóstoles está llamada a ir y salir por todos los lugares y ambientes sociales, culturales y a todas las personas sin ninguna exclusión para anunciar y proclamar el Evangelio del Señor Jesucristo, ( MT. 28,17; Mr. 16.15)- Misión que realizaremos, como una iglesia comprometida e inserta en las realidades del mundo de los pobres y de sus organizaciones, confiando en las palabras del Señor que nunca nos dejará solos. Pues, creemos que participando en estos espacios es donde se construye el Reino de Dios, manteniendo nuestra identidad inclaudicablemente.

c) Una iglesia que se vigoriza y alimenta por los sacramentos.

Reconocemos que para la salvación de los hombres, el Señor Jesucristo constituyó los sacramentos, pues en la medida en que la iglesia crece en la comunión y la reconciliación, los sacramentos adquieren su verdadero significado. Los Sacramentos solo tienen sentido cuando los cristianos viven conscientes de su fe y asumen un compromiso serio y responsable en la comunidad. Por tanto, cada hermano ha de cultivar una vida de oración personal y comunitaria.

IV.- UNA IGLESIA ORGANIZADA

a) El carisma de dirección

En conformidad al NT, los ministros (servidores), son los responsables de la dirección de la iglesia-comunidad, tienen el “carisma de dirección, presidencia, asistencia y gobierno” (1Cor.12, 28). Su función es la de integrar, propiciar la unidad y la armonía entre los diferentes servicios. Este carisma de unidad supone los demás carismas, como el diálogo, la paciencia, la capacidad de escucha y la serenidad. Carisma que el mismo Señor Jesucristo nos ha dejado para la edificación de la iglesia, “que nadie procure su propio interés, sino el de los demás” (1Cor.10, 24). En el carisma de gobierno no hay unos que mandan y otros son mandados. Cada cual dentro de la Iglesia desempeña alguna función porque cada uno de sus miembros es un cristiano carismático, “cada cual tiene de Dios su gracia particular: unos de una manera, otros de otra” (1Cor.7,6-7); a cada cual debe poner al servicio de los demás el carisma que ha recibido, como buenos administradores de las diversas gracias de Dios, (1Pe.4,10) y también porque el Espíritu se “derrama sobre toda carne” (Hech.2,17). 

b) La iglesia-comunidad es la que exhorta

Por tanto, a cada hermano/a de la iglesia se le exhortará constantemente a profundizar sobre los dones recibidos, del cual no son dueños, sino que han de ejercerlos en la construcción de la Iglesia. Con estos fundamentos, la estructura general de organización de nuestra iglesia está conformada por: diáconos, sacerdotes, obispos, arzobispos, monjes y monjas, laicos consagrados y laicos, formando así  comunidades cristianas, centros de misión y evangelización. 

c) El estilo de nuestro servicio pastoral

El servicio pastoral de nuestra Iglesia será asumido y realizado en equipo para que favorezca la comunión y la participación de todos sus miembros, la disponibilidad y la transparencia para poder enfrentar juntos de manera orgánica los desafíos y las dificultades, mediante la creación de un Directorio o Concejo Pastoral en las comunidades cristianas o parroquias. La Jurisdicción en argentina estará en manos del Directorio Episcopal y los Departamentos Pastorales, según sean las necesidades.

d) EL Directorio en nuestra Iglesia

El Directorio está conformado por nuestro Patriarca, y su colegio Episcopal " Sínodo", es el organismo máximo de nuestra Iglesia.

En Argentina y Paraguay se constituirá de la siguiente manera: 

El Exarca- Arzobispo (es el obispo presidente fundador en actividad o en su futuro siendo el Obispo emérito) y el obispo/s en actividad, el Patriarca, el Vicario General, el Secretario, el Ecónomo, y un lacio/a como Delegado. A este Directorio competen los aspectos administrativos y pastorales que en comunión colaborarán en la planificación, promoción, fundaciones y en la búsqueda de los objetivos de nuestra Iglesia. 

En comunión con el Arzobispo, se toman las decisiones, una vez escuchada a los hermanos de la iglesia, se enfrentan los desafíos y las dificultades. Para ocupar estos cargos la iglesia presenta los candidatos al Arzobispo, y él es quién efectúa los nombramientos, mediante los Decretos considerando el parecer del Directorio saliente. Cuya duración de los cargos será de 5 (cinco) años con la posibilidad de ser reelectos por el mismo periodo.

e) De la persona de nuestro obispo presidente y fundador.

Conscientes que el Pueblo de Dios es superior a todas las iglesias cristianas y que nuestro obispo, presidente y fundador, por el sacramento de su consagración episcopal ha sido constituido ministro sagrado, marcado con un carácter indeleble y que ha sido consagrado y destinado a apacentar al Pueblo de Dios, desempeñando en la persona de Cristo las funciones de enseñar, santificar, regir y, por lo tanto, revestido de esta dignidad y autoridad que el sacramento del Orden le confiere, será quién ejerciendo su ministerio episcopal será la cabeza de nuestra Iglesia, es el que representa a nuestro Señor Jesucristo, buen pastor en humildad y pobreza (Jn. 10,1ss). Por tanto, ejercerá en nuestra iglesia las funciones y facultades que competen a un pastor de Jesucristo: consagrar obispos, sacerdotes y diáconos, o designar a otros en su nombre para dichas acciones, dar la toma de votos para los laicos de vida consagrada así como el administrar los demás sacramentos, junto a sus clérigos y diáconos, en conformidad a los ritos y tradiciones de nuestra Iglesia Cristiana Ortodoxa Argentina y de toda norma que se incorpore o modifique desde el Santo Patriarcado en reunión Sinodal. Además, es el que convoca y preside las reuniones, los encuentros y asambleas. Y es el representante legal de nuestra Iglesia en argentina, y paraguay y su función episcopal perdura hasta su muerte.

f) Formación y  capacitación necesaria.

Para lograr el crecimiento espiritual de nuestra Iglesia y realizar un adecuado servicio pastoral, nos obliga una sólida formación y capacitación dirigida a sus miembros como a sus legítimos Agentes Pastorales (ministros, maestros, catequistas, religiosos, basados en una sólida formación humana, filosófica, teológica cristiana y la practica de los ritos propios para la administración de los sacramentos), para no dejarse arrastrar solo por impulsos o buena voluntad, dándole carácter valido a todos los ritos en materia y forma administrados. De manera que seamos una respuesta oportuna, veraz, firme, iluminadora, eclesial y esperanzadora en sintonía con la Buena Noticia del Reino. Por tanto, se creará un Seminario e Institutos de Estudios para que los hermanos puedan formarse acordes al ministerio que han de realizar, cuya capacitación será en modalidad presencial, on line o a distancia, con certificaciones seculares nacionales, internacionales y eclesiales (títulos propios reconocidos por nuestra Iglesia y con las que la misma realice convenios de reconocimiento y/o reciprocidad), además de aceptar a quienes posean formación en las áreas del servicio que han de prestar realizados en otras comunidades eclesiales, seminarios, institutos y/o universidades publicas/privadas oficiales o de titilación eclesiástica privada nacional y/o extranjeras.

V.- QUEREMOS SER UNA IGLESIA QUE ACOGE Y EXIGE.

a) La admisión a nuestra iglesia

Nuestra iglesia siempre está abierta para acoger a todas las personas sin ningún tipo de exclusión. Sin embargo, se efectuará un periodo de tiempo prudente de prueba (para aspirantes a las sagradas órdenes) y después de observar en los o las interesados, el grado de compromiso y adhesión a nuestra iglesia, se le acogerá definitivamente, mediante “rito de admisión” propio. La admisión de los hermanos ya bautizados y con los demás sacramentos en otras iglesias cristianas y cuyos sacramentos sean considerados válidamente no les serán administrados por ningún motivo. Pues, reconocemos que hay un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo y uno solo es nuestro Dios y Padre (Ef. 4,1-6). Para la recepción de los sacramentos se efectuará siempre con previa formación.

b) Los sagrados deberes en nuestra iglesia.

Algunas de nuestras obligaciones para todos los hermanos, son:

1.- Participar de la eucaristía los  días que Nuestra Iglesia estime como importantes y según el calendario gregoriano y/o el Juliano, dependiendo de nuestras comunidades de base, su tradición y que el santo Sínodo de Europa de la Iglesia Autocefala de Europa así nos designe.

2.- En honor a nuestro Patronazgo, los hermanos han de realizar Obras de piedad y misericordia.

3.- Diariamente, todos los miembros deben orar por la Iglesia, el Patriarca, Obispos, sacerdotes, religiosos/as y por todos los Hermanos y en especial por la conversión del mundo.

4.- Contribuir al mantenimiento y gastos de la Iglesia, según sus posibilidades económicas, materiales y/o prestando su tiempo en trabajos y actividades afines a las necesidades de la Iglesia y sus comunidades.

5.- Cada hermano/a ha de estar siempre disponible para prestar los servicios que le sean requeridos.

6.- Cada hermano/a ha de ser asiduo al sacramento del perdón según nuestra tradición cristiana ortodoxa a modo individual y/o en forma colectiva, con la firme intención de realizar actos de reparación según le sea aconsejado por los ministros del orden.

VI.- VÍNCULOS QUE NOS UNEN A TODAS LAS IGLESIAS CRISTIANAS

a) Las Sagradas Escrituras.

b) La Tradición y susecion Apostólica de la Iglesia

c) Los 7 (siete) Sacramentos

d) El uso del rito vernáculo, sean: bizantino, o cualquier expresión ortodoxa según sus formas y adaptaciones al contexto de la comunidad en dónde esta se celebre, sin perder la fuente doctrinal, canónica, y dogmática del mismo rito garantizando así la veracidad de lo que se celebra; así mismo podemos compartir en modo ecuménico el rito tridentino latino  en lengua vernácula o latino para uso exclusivo en comunidades religiosas o laicas que así lo dispongan, y el rito ecuménico según las formas del misal romano o sus diversas expresiones cristianas, en aras de una vida de plenitud ecuménica con Iglesias amigas y Hermanas.

e) La doctrina.

VII.-ELEMENTOS QUE NOS DIFERENCIAN PERO NO NOS ALEJAN DE LA IGLESIA ROMANA.

a) El Celibato Eclesiástico obligatorio, para todas las órdenes.

b) La Infalibilidad Papal, y su supremacía. Al que solo lo reconocemos como  Primus Inter Pares y obispo de la Iglesia Latina Romana, en Roma.

c) El no respeto a los DDHH al interior de la iglesia.

d) La discriminación de la orientación sexual y/o estado civil, como elemento y justificativo evangélico, ético-moral para no recibir las sagradas ordenes.

VII.- INSCRIPCIONES, CANONICIDAD y VALIDEZ DE NUESTRA IGLESIA y MINISTERIOS. 

a) Nuestra Iglesia posee Personalidad Jurídica Eclesial, otorgada por el Patriarcado de la Iglesia Ortodoxa Autocéfala de Europa y en comunión plena con las Iglesias Ortodoxas de las Catacumbas y la Iglesia Ortodoxa de toda la Rus Ukrania , con quienes esta mantiene según los tomos de reconocimiento canónico y con las Iglesias con quienes ha celebrado reconocimiento de hermandad ecuménica y/o intercomunion para la Iglesia particular en Argentina y Paraguay: a saber: Iglesia Carismática Misionera Ecuménica ( ICAME), IOBE del Paraguay ( Iglesia Ortodoxa Bielorusa en Paraguay, y la Iglesia Ortodoxa de la nueva Rusia. Todo esto desde el 2012, y con las debidas licencias para fundar iglesias a nivel nacional en cualquier Región de nuestro país y celebrar uniones de común unión con otras instituciones religiosas de rito Latino de origen y autoridad  Romana, No Romana, Veterodoxos y Ortodoxos, etc.

b) Nuestra Iglesia ha sido reconocida como iglesia cristiana ortodoxa de argentina y paraguay a nivel mundial mediante la Bula Eclesiástica extendida por el Patriarca Su Santidad Nicolás Iro con sede en Paris, Francia. 

c) Nuestro obispo fundador posee Sucesión Apostólica, bajo tradición valida según el materia, forma, y rito, mediante consagración pública desde 2013, como consta en Bula, para asegurar la continuidad de los ministerios de nuestra iglesia cristiana ortodoxa argentina y del paraguay, y  bajo la designación como Exarca y Obispo de la Iglesia Ortodoxa de Europa.

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